Dani Rovira se ha convertido en todo un referente de cómo luchar contra el cáncer, conviertiéndose en todo un ejemplo de superación. Seis meses después de que le diagnosticaran el linfoma de Hodgkin, anunciaba la feliz noticia de que por fin se había curado.
Hasta el momento no sabíamos cómo el actor había recibido la noticia de su enfermedad. En una entrevista concedida a la Fundación Josep Carreras ha querido contar como recibió este palo tan gordo.
»El chivato fue una especie de doble bulto en la parte de la clavícula. Mi mejor amiga es médico, pero por muchas fotos que le mandara nunca se sabe. Me dijo: ‘Si en una semana no remite, pueden ser mil cosas’. Muchas de las cosas no me las decía por no asustar. Parecía que iba agrandando», ha comenzado diciendo.
Cuando descubrió el bulto habían pasado dos días desde que había comenzado el Estado de Alerta por el Covid-19 y a Dani le parecía egoísta acudir a urgencias por un simple bulto. Pero cuando decidió acudir al hospital, se hizo realidad su peor pesadilla: «Ahí descubrí el mediastino, que es como una especie de hueco dual que está en el esternón por donde pasa el sistema linfático y que tiene forma de huevo».
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