Capítulo Lunes 14 de marzo: Llega el día de la huida de Züleyha y Yilmaz mientras los hombres de Ankara planean matar a Fekeli
Sermin, que llega a la mansión para visitar a Züleyha, hace unos comentarios que despiertan las sospechas de Saniye sobre la posibilidad de que Gaffur haya sido capaz de matar a alguien… Gaffur clava su mirada en Sermin, ¿sabrá que fue él quien mató a Hatip? Su secreto está en peligro y si Sermin habla irá a la cárcel.
Por su parte, Züleyha consigue salvar con soltura la avalancha de preguntas de Sermin. La prima de Demir lo sabe todo, pero Züleyha, con suma naturalidad, mantiene que Müjgan no disparó contra ella y simplemente se limitó a decir la verdad ante el fiscal.
Mientras, en el rancho, tras su última averiguación sobre Fikret, Behice está más que convencida de que el joven no es quien dice ser y no parará hasta demostrarlo. Su plan consiste en provocar un desafortunado accidente con el té para obligar a Fikret a quitarse la camisa en el salón, pero no lo logra… El joven se dirige a su habitación para cambiarse de ropa y descubre su torso frente al espejo, que no presenta cicatriz alguna… ¿Quién es Fikret en realidad? Todo apunta a que la teoría de Behice es cierta y se trata de un impostor.
Entretanto, Yilmaz y Züleyha, de nuevo reunidos en la pequeña mansión, están preocupados… Yilmaz no acaba de fiarse de Hünkar. “La mujer que nos robó la vida ahora quiere ayudarnos a ser felices”, dice Yilmaz, a quien le cuesta mucho creer que lo que dice Hünkar sea realmente cierto. La pareja también habla sobre el hecho de separar a Demir y a Müjgan de sus hijos, pero es necesario, y además, se lo merecen después de todo el daño que han causado.
En ese momento, Hünkar llama a la puerta, viene con los niños. Contra todo pronóstico, la señora Yaman se ha convertido en la mejor aliada de la pareja en su plan de fuga.
Por su parte, Demir relee la carta que le dejó su padre. “Le prometí un hogar feliz a Sevda pero no pude dárselo y ella aceptó vivir en la sombra…”. “Si tu madre hubiera aceptado divorciarse, habríamos podido ser felices…”. “En mi corazón la señora Sevda es mi esposa, considérala tu madre, no dejes que nadie haga daño a Sevda”, concluye Adnan Yaman en su carta. Demir se lamenta de que su padre pusiera esa enorme carga sobre sus hombros.
