Cuando parecía que todo iba de maravilla, Alice Campello y Álvaro Morata sorprendieron al anunciar su separación tras ocho años de relación y cuatro hijos en común. Desde entonces, han surgido diversas informaciones sobre las decisiones que tanto la influencer como el futbolista han tomado. Ahora, el entorno de Alice tiene clara su postura sobre el futuro de su matrimonio. ¿Habrá posibilidad de reconciliación?
Álvaro Morata, actual jugador del Milán, ha dejado claro que no contempla la posibilidad de volver con su todavía esposa. En una conversación con el periodista Javier de Hoyos, el futbolista afirmó de manera tajante: «Tengo muy claro que la relación está terminada». Por su parte, Alice no ha compartido públicamente sus pensamientos al respecto, aunque ha decidido permanecer en España para retomar su vida en un entorno donde se siente a gusto.
Alice Campello también parece estar decidida a no dar marcha atrás en su decisión de separarse. Según la revista ‘¡Hola!’, fuentes cercanas a la italiana han confirmado que, por ahora, no hay espacio para una reconciliación, aunque aseguran que la situación entre ellos «está más calmada». Las conversaciones entre ambos continúan, especialmente en lo que respecta al bienestar de sus cuatro hijos, y aunque el futuro es incierto, ambos se mantienen en contacto constante.
A pesar de que ninguno de los dos sabe con certeza lo que les deparará el futuro, ambos han expresado su intención de apoyarse mutuamente. Han negado la existencia de terceras personas en su ruptura, dejando la puerta abierta a cualquier cambio que pudiera surgir con el tiempo.
La ruptura también ha tenido un impacto emocional significativo en ambos. Hace unos días, el periodista Javier de Hoyos compartió en redes sociales una observación de una seguidora de Campello, quien vio a la italiana cerca del Santiago Bernabéu. Aunque quería pedirle una foto, decidió no hacerlo al notar que Alice estaba llorando mientras hablaba por teléfono. Según el testimonio, Alice repetía constantemente el nombre de Álvaro, aunque no está claro si la conversación era con él o con otra persona en un momento de desahogo.
